Cuando las mujeres
nacemos no nos dan un manual que nos diga cómo debemos resolver nuestros problemas
femeninos. Primero nos enamoramos de papa, queremos ser grandes para usar
tacones y maquillarnos, nos metemos pelotas para simular senos y con quien sea jugamos
a la mama y el papa.
Pero
luego el tiempo pasa, algún niño nos rompe el corazón, sufrimos en cada reunión
porque los tacones nos mata, retocar el maquillaje es una fastidio, los senos
si nos muy grandes se caen y si nos muy pequeños nos acomplejamos… seguimos
queriendo ser mama con el papa ideal.
Pero la
protagonista de todo esto se llama: Menstruación,
es el fenómeno más desagradable de todos, odiamos al mundo cada vez que nos
duele el vientre, tenemos cambios de humor drástico pero rezamos cada mes por
ver una pequeña mancha roja para saber que aun no es el momento de ser mama.
La depilación
con cera y sacarse las cejas con pinza ¿Alguien puede explicar esos dolores? ¿Y
la línea del bikini? Son estos y muchos otros momentos en los que deseamos
haber nacido hombres, todo es sencillo para ellos, el castigo lo tenemos
nosotras en los hombros.
También
juramos que seriamos todo lo contrario de los hombres que conocemos, creemos
que haríamos todo menos y que ellos son unos inútiles ¿Cómo no van a serlo? O
mejor aun ¿Cómo madurarían a la par con nosotras? Es imposible, vivir en
cuidados y eternos dolores es parte de la vida de todas las mujeres… ¡El Parto!
Nuestro mayor miedo y anhelo a la vez… dan pánico decir que por allí sale una
cabeza, pero se nos iluminan los ojos al pensar que esa cabeza seria nuestro
hijo.
… Así que
hombres, sepan que tenemos todo el derecho de ser dramáticas, intensas,
lloronas, gritonas y quejonas, no pretendo que entiendan nuestras razones, solo
deben callarse, consentirnos y querernos…
Laura Barrera
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