Infecciones en el cuerpo, formación de
ganulomas, reacciones alérgicas, piel necrosada y en algunos casos hasta la
muerte, son algunas de las consecuencias de la colocación de biopolímeros,
explica la cirujana plástica Gabriela Pineda y exclama: “No entiendo como hay
personas que se hacen llamar médicos y son capaces de perjudicar tan
severamente a sus pacientes”.
Es una realidad que afecta a un sin
número de mujeres en Venezuela que
sólo teniendo presente el deseo de embellecerse pasan por alto los riesgos de
someterse a una práctica invasiva ilegal
y sólo ponen en riesgo su vida. Los biopolímeros
son sustancias de uso industrial, que derivan del petróleo y su uso como
experimento para relleno facial se usó hace años pero al notar los efectos
secundarios quedo prohibida su práctica.
Cada organismo reacciona de
diferentes maneras a cualquier intervención quirúrgica, haciendo impredecible
los factores que puedan llegar a complicar la inyección
en cada persona, entonces es allí donde radica la importancia de que el médico sea ético y competente y se
niegue a la práctica de estas sustancias. Los biopolímeros están prohibidos en
Venezuela y su uso es absolutamente ilegal, sin embargo existen “médicos” que
siguen realizando estos procedimientos ilícitos en clínicas clandestinas.
Este producto y sus derivados son utilizados generalmente para aumentar
los glúteos y los senos, reducir arrugas y levantar los pómulos. En los casos
en que no causa la muerte, los biopolímeros, o también llamadas células
expansivas, se transforman en gel o pelotas de silicón duro que deforman la
piel y que son muy difíciles de retirar.
Desde hace ya años se ha hecho ilegal el uso y aplicación de biopolímeros
en el cuerpo humano y esto no es de conocimiento ajeno de la población
venezolana ya que para optar por una intervención quirúrgica con estos
productos se debe visitar una clínica clandestina debido a que las legales no
realizan este tipo de actos. Resulta impactante que aún siendo una actividad
ilícita el número de víctimas mortales no cese, sino al contrario, aumente.
Laura Barrera
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