La historia de la captura del HMS Seal es increíble, ya que fue la única nave submarina británica que fue rendida a los nazis y, además, no fue interceptada por aviones especializados en ese ámbito, como cazasubmarinos o destructores, sólo fue obra de dos hidroaviones.
La mala suerte del HMS Seal comenzó cuando fue fotografiado en un documental de 1940 justo después de una misión encomendada en el Mar del Norte, donde chocaron con un carguero, ocasionando un retardo por necesidad de arreglar los desperfectos y el retorno al puerto para esto. Sin embargo, esto solo fue el comienzo de su frustrada travesía.
La siguiente misión fue en la primavera de 1940, la última. Fue en el camino entre el estrecho Jutlandia y Suecia, el Categat, donde estaba encargado de sembrar minas en una maniobra para que estaba completamente preparado. De esta manera comenzó su misión, con ataques aéreos, complicaciones estratégicas, persecuciones...
Andrea Tapias
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