“Tanto nadar para morir en la orilla”

La primera Guerra Mundial, un tema indiscutiblemente polémico, histórico y con mucha tela para cortar, comienza por una razón y termina por otra totalmente diferente como tantas cosas en la política a nivel mundial. Inicia cuando Austria le declara la guerra a Serbia pero finaliza cuando
Alemania se rinde… ¿Extraño? Nada de raro tiene, desde los inicios la potencia Alemana siempre quiso dominar, lástima que en este caso “le salió el tiro por la culata”.

            En cuatro años de problemas y matanzas, de países que se fueron incluyendo y soldados desgastados no lograron nada positivo porque hasta el tratado de Versalles de convirtió mucho mas tarde en un problema.

            Con la mano de obra en reclutamiento, la inclinación fue producción agraria, con el paso bloqueado se tuvo que fijar precios y crear organismos para la distribución de alimentos, no había dinero; lo único bueno fue para Estados Unidos de Norte América que se favoreció con todo y en Latinoamérica se abrió el mercado de exportación.

            Potencias divididas, muertes, economía decayendo, países que se meten y salen sin ningún beneficio (excluyendo a USA)… ¿será que en Venezuela se ve una guerra mundial interna? Oposición y chavismo se encuentran en el mismo plan pero esta vez parece que quien se beneficia en Cuba. Sea como sea nunca existirá una justificación razonable para establecer una guerra.

            Luego de tanta sangre e irrespeto, con que moral pudieron dichos países firmar “un tratado de paz”, Alemania fue humillada y se lo merecía pero el asesinato del al príncipe Austro-húngaro no fue resuelto, así que quedaron en las mismas.

Laura Barrera