Diversos monumentos culturales italianos, como el Coliseo Romano o Anfiteatro Flavio, cerraron sus puertas a los turistas debido a grandes protestas de los empleados encargados de mantener las estructuras en orden.
La protesta fue llevada a cabo en respuesta a la falta de personal y la disminución del sueldo de los trabajadores del lugar, información transmitida de parte del sindicato del Ministerio de Cultura Italiano difundida a través de los medios de comunicación de la localidad.
Entre los monumentos que permanecieron en protesta se encontraron el Palacio Massimo, componente del Museo Nacional Romano; las milenarias Termas de Diocleciano, fundadas en el Imperio Romano del siglo IV después de Cristo; y las Termas de Carcalla, uno de los más reconocidos complejos termales de la Antigüedad.
Andrea Tapias
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