En España y Estados Unidos se
realizaron, casi simultáneamente, las dos primeras operaciones quirúrgicas
mediante los anteojos de última tecnología Google Glass. Las dos intervenciones
tuvieron lugar antes de que se lanzaran las gafas especiales y que su precio
definitivo sea anunciado: se cree que rondaría los 1.500 dólares.
En Madrid, la
operación la realizó el viernes pasado un equipo de cirujanos traumatólogos,
liderados por el médico Pedro Guillén, en la Clínica CEMTRO, ubicada en una
exclusiva zona norte de la capital madrileña. El logro fue posible gracias a la
colaboración de la Universidad Católica de Murcia y a la empresa Droider, que
fabrica esta novedad en España.
El paciente,
cuya cirugía se pudo ver en la Web, tiene 49 años y llegó al quirófano porque
padecía fuertes dolores luego de tres operaciones previas para corregirle un
defecto en un cartílago del menisco de una rodilla.
La novedad
es que se han utilizado los anteojos de Google Glass para transmitir lo que
sucedía en la sala de operaciones,
por lo que unas 150 personas de todo el mundo pudieron presenciar en directo, a
través de Internet, la intervención. Uno de ellos fue Homero Rivas, director de
Cirugía Innovadora de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford,
California, en Estados Unidos. El profesor Rivas dialogó varias veces con el
doctor Guillén durante el transcurso de la operación.
El fundador de
la empresa murciana Droider, Julián Moreno Beltrán, explicó que Google Glass
funciona como un sistema interactivo formado por una cámara, un GPS,
‘bluetooth’, micrófono y un pequeño visor que permite al usuario ver una
proyección y, al mismo tiempo, tomar imágenes y grabar videos, sólo con
indicaciones de voz.
De esta
forma, varios médicos pueden participar en una operación sin estar presentes,
compartir opiniones e información sobre el paciente de manera instantánea, así como acceder a su historial
clínico en la nube para buscar datos o almacenarlos”, indicó.
Añadió que los
anteojos tienen la ventaja de que sólo se activan “cuando el doctor levanta la
cabeza, ya que para observar la imagen que está proyectada en la gafa es
necesario mirar hacia arriba. Por tanto, este mecanismo no interrumpe la visión
del médico y, le permite observar en todo momento al paciente que está
interviniendo”.
Con estas
gafas, que sólo pesan 36 gramos, se van a poder detectar los cambios de color
en la cara de los pacientes para saber la pulsación que está teniendo en todo
momento, o conocer las interacciones de los diferentes medicamentos, entre
otras muchas posibilidades.
“No me han
molestado nada estas gafas ya que, incluso, ha habido momentos en los que
olvidé que las llevaba puestas”,
explicó el doctor Guillén. Agregó que para preparar la operación extrajo al
paciente cuatro o cinco trozos del cartílago del menisco permitiendo cultivar,
en los laboratorios de la clínica madrileña, hasta 40 millones de células.
Después, el especialista las colocó en una membrana del mismo tamaño de la
lesión y, finalmente, se las introdujo para que sean capaces de reproducirse a
partir de señales bioquímicas y reparar la lesión del paciente. Se trata, por
lo tanto, de un trasplante de condrocitos para el tratamiento de las lesiones
del cartílago. Ese procedimiento sólo se realiza en España a través de esta
clínica, ya que es la única que dispone de una sala blanca para realizar ese
cultivo celular especial.
Pocas horas
antes, el prestigioso cirujano norteamericano Rafael Grossman, realizó una
intervención utilizando Google Glass en el Eastern Maine Medical en Maine,
Estados Unidos.
Fue una
intervención de estómago que se transmitió en tiempo real en el propio blog del
especialista, por Internet.
Las imágenes capturadas en los anteojos Google Glass eran proyectadas sobre un
iPad.
“Este es un
instrumento con gran potencial para la salud, especialmente la cirugía. También
se revela como un gran instrumento didáctico”, dijo Grossman. “Hemos logrado
mostrar la técnica endoscópica de manera veloz, económica y manteniendo anónima
la identidad del paciente”, sentenció.
Fuente: El Clarín.
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