A lo
largo de los años se ha incrementado en los niños conductas agresivas, que si bien es cierto, todas las personas en
algún momento lo son, es preocupante ver como en la actualidad predominan
peleas, golpes e insultos en el día a día de los infantes.
Las razones pueden ser diversas, Freud en su teoría, explicaba como
desde el momento que el niño nace, con solo presenciar una pelea entre sus
padres o relaciones sexuales, el niño en su inconsciente por no drenar esa
energía, va creando una personalidad agresiva y con factores externos puede
llegar a ser (ex caso extremo) un peligro para la sociedad.
Pero como una cosa lleva a la otra,
nos situamos en la sociología de la comunicación, y observamos como la difusión
de medio masivos afecta casi
directamente a los niños con referencia a la problemática antes mencionada.
Desde muy corta edad los niños buscan como refugio de entretenimiento a la
televisión y comienzan a absorber todo tipo de información; en la actualidad no
es un secreto que las publicidades, propagandas políticas, programación en
general y hasta las caricaturas, enfocan su contenido en cosas algo alejadas
del amor y los valores.
Es asombroso ver, por ejemplo en los
colegios, como los niños hablan y actúan
imitando a sus personajes favoritos de determinada ‘comiquita’. Cosa que,
pone a los medios masivos en tela de juicio porque se ha convertido en parte
fundamental del desarrollo infantil; en este caso son los padres quienes deben
tomar el control y supervisar en todo momento la programación que el niño ve
diariamente.
Los medios de difusión masiva tienen
el deber de ajustar su programación por
horarios y de anunciar el contenido de cada programación antes de comenzar,
esto de hace, pero sin supervisión ¿Qué niño va a cambiar de canal cuando la
programación se torna más violenta? O cuando los cuida una empleada domestica
que ve las novelas del medio día ¿Quién evita que el niño también las vea?
Resulta complicado regular este tipo de situaciones que pueden parecer
insignificantes pero acarrean una serie de consecuencias.
La influencia de estos medios en la
conducta y psiquis de los niños es algo inimaginable, profundizando un poco más
en la teoría del padre del psicoanálisis Freud, la mente se divide en tres partes (para hacerlo más grafico podemos
hacer referencia a un ice berg), la punta del ice berg es la parte consciente,
ese pequeño hilo entre la superficie y el agua es el subconsciente y el resto
del ice berg es la parte inconsciente. Entonces, unniño al estar frente al televisor guarda en su inconsciente una serie de
datos y conductas que se reflejan en la programación y luego salen a flote en
su comportamiento.
Sin embargo, no toda la culpa es de
los medios porque la responsabilidad directa es de los padres que son quienes deben supervisar lo que ven y hacen sus
hijos. Los canales puramente infantiles, en su programación tienen un contenido
positivo y educativo, el problema radica cuando comienzan a cambiar canales y
la programación diaria pasa a ser apta para adolecentes o adultos, no para
chicos.
Laura Barrera
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